El Palacio de los Deportes ofrece al mejor partido de la temporada en el comienzo de la segunda vuelta de la liga Asobal
Por Víctor Espuelas.
Había ganas de balonmano. La competición liguera regresaba tras la interrupción por el Mundial de Alemania y Dinamarca y lo hacía con un rival de categoría. León visitaba Logroño para vivir un duelo de alto voltaje. En juego, nada más y nada menos, que las opciones de jugar la Championsal final de la campaña.
El espectáculo ofrecido por ambos contendientes fue de primer nivel. El mejor encuentro en el Palacio en lo que llevamos de temporada. La victoria cayó del lado de los locales (36-30) en un partido sin pausa, a la carga en todo momento, con la firme intención de acabar con la defensa rival.
Las dos partes del encuentro acabaron con el mismo resultado (18-15). El equipo franjivino se empleó a fondo para desgastar a León y supo abrir brecha en el tramo final de ambos tiempos. El conjunto de Rafa Guijosa echó en falta a Gonzalo Carou, jefe de la defensa ademarista y veterano en estas lides que se deciden por detalles.
El equipo de Velasco recuperó las sensaciones del comienzo de temporada. Volvieron a correr sus extremos al contraataque para hacer buenas las intervenciones de Sergey Hernández en la portería y de la defensa, que se tuvo que fajar con una primera línea ademarista. Mosic, Ligertvari, Viera, Acacio, Simonet o David Fernández – en este último caso sólo en la primera parte- mostraron sus credenciales, pero al otro lado tuvieron la buena réplica por parte de Kukic, Kusan y, en especial, Garciandia. En el brazo del joven lateral zurdo se depositaron en gran medida las esperanzas de los riojanos para sacar adelante un duelo de colmillo, de dos firmes aspirantes a la segunda plaza.
El triunfo de los riojanos puede tener valor doble. En caso de empate entre ambos contendientes al final de la liga, serán los riojanos los que estén por delante por los resultados en los dos duelos directos. Y, en este caso, habrá que recordar no sólo el triunfo de quilates de ayer, sino también el gol in extremis que se fabricó Ilic en el último suspiro del encuentro disputado en León con el que se abrió el telón de esta liga tan reñida.
