El equipo riojano resuelve en la primera parte el compromiso ante Valladolid y piensa ya en su enfrentamiento contra el Barcelona en la Copa del Rey
Por Miguel Santamaría
El BM Logroño comenzó el partido contra el Valladolid en el mismo punto en el que terminó su anterior enfrentamiento liguero contra el Barcelona. Y no por tener en pista a los mismos jugadores (Rangel, en portería; Hackbarth y Dorado, en los extremos; Casado en el centro; Serradilla, lateral diestro y Cadarso como ‘falso’ zurdo, con Moreira en el pivote) sino por jugar con la misma intensidad defensiva, con calma en ataque y tratando de minimizar errores y, en cambio, maximizar los del rival.

Velasco tan solo introdujo un cambio en los primeros compases: Balenciaga a pista, por Serradilla en ataque, para jugar con tres centrales en la primera línea y sortear los problemas que planteaba la defensa 5-1 con la que los gladiadores azules, con Miguel Camino de avanzado, saltaron al Palacio de los Deportes.

Por cierto, primer partido con público este año en la cancha riojana. Una afición franjivina (al 30% de aforo, como marcan las actuales restricciones) que no paró de animar a los suyos en este duelo de ‘escuelas vallisoletanas’, con el antecedente de la primera vuelta. Entonces Valladolid arrolló sin contemplaciones a una escuadra riojana que salía de su primera cuarentena en esta segunda campaña marcada por el covid.

El partido estaba bien encaminado para los riojanos cuando David Pisonero, técnico de los visitantes, pidió su primer tiempo muerto en el minuto 9 y, casi resuelto, cuando diez minutos después se vio obligado a pedir el segundo. Su equipo apenas había anotado seis tantos. Al otro lado de la pista, seguía firme el muro defensivo, con Sánchez-Migallón y Serradilla como jefes de la defensa, bien custodiados a ambos lados por Casado y Cadarso; la mayoría de los ataques franjivinos acababan en goles fáciles y los riojanos sacaban rédito de los errores no forzados de los pucelanos.
Partido casi resuelto al descanso
El marcador al descanso lo decía todo (18-8). Bien en defensa y bien en ataque los riojanos. Partido (casi) resuelto de camino al vestuario.
El guion en la segunda parte siguió por los mismos derroteros, pese a la defensa individual presionante de los azules. La ventaja en el marcador era amplía y los franjivinos supieron administrarla.
Los últimos minutos fueron, de nuevo, para los chavales, como ya ocurriera en el Palau Blaugrana. Eduardo Ortiz y Ernesto Goñi entraron en pista, junto al ‘gigante’ Sikosek. Solo Delcio Pina se quedó en el banquillo sin jugar un minuto en el encuentro.

Copa del Rey
La liga Asobal descansa esta semana porque entra en juego la Copa del Rey. Logroño-La Rioja llega probablemente a la fase final del torneo del KO en su mejor versión esta campaña tan rara, otra vez, por culpa del virus. Afinado el ataque y con mayor solidez defensiva si cabe. Las dificultades en Madrid, donde se juega la Copa del 5 al 7 de marzo, vendrán de la mano del rival: el Barcelona. Otra vez. Actual campeón de todo: liga, Copa y Supercopa. Solo se le resiste la Champions. Pero, incluso esta campaña, tienen una segunda oportunidad. Pero Logroño llega a la cita con velocidad de crucero. Veremos.