La victoria ante un rival directo por los puestos de honor aúpa al equipo riojano a la tercer plaza de la clasificación
Por Víctor Espuelas
Hay un viejo dicho futbolístico viene a decir que los delanteros ganan partidos, pero que son las defensas las que logran los campeonatos. Ayer el Ciudad de Logroño pareció aplicar al pie de la letra esta célebre frase de John Gregory en su encuentro ante Bada Huesca. No en vano, en el acierto de sus defensores y del portero se fraguó la victoria ante un rival directo por esa segunda plaza tan disputada esta campaña.
La mejor versión defensiva del equipo de Miguel Velasco propició una sorprendente victoria por su amplia diferencia en el marcador (34-24). Diez goles de diferencia (cinco en cada parte del encuentro), que evidenció la notable mejoría atrás, con Sánchez-Migallón y Kusan, como principales baluartes, y con Sergey Hernández en la portería para frustrar los intentos visitantes. Nada que ver con el final ajustado del partido de ida, cuando Logroño remontó una diferencia de tres goles en los últimos minutos del partido.
El equipo franjivino salió muy concentrado al comienzo del partido, consciente de que a Huesca no se le podía conceder ni un metro. Esta actitud proporcionó una rápida ventaja en el marcador. Volvieron los contragolpes y las transiciones rápidas para ofrecer opciones claras de gol ante Arguillas.
En ataque volvió a sobresalir Scott, quien en esta segunda parte de la competición está dando rienda suelta a todo el potencial que atesora. Se lo agradeció el equipo, como también hizo con Kukic, muy acertado anoche (ocho goles).
Este resultado aúpa a la tercera plaza en solitario a los riojanos, que en esta primera parte de la segunda vuelta están cosechando resultados positivos. No conocen la derrota en casa (triunfos ante dos rivales directos, León y Huesca, además de Teucro) y suman una victoria lejos del Palacio (Puente Genil). Con el añadido de que la Copa EHF, con partidos cada fin de semana, no parece afectar (por ahora) al rendimiento en la competición doméstica. Que siga la buena racha.
