El Calahorra se impone 2-0 en un derbi riojano en el que la UD Logroñés sólo compareció 45 minutos
Por @scaneda
La UD Logroñés no está para fiestas. Ni las de San Mateo ni la del fútbol riojano en Segunda B han sentado bien al conjunto de Sergio Rodríguez, que finaliza la jornada quinta en puestos de descenso, con 3 puntos de 15 posibles y sólo un gol a favor. Unos números, acordes con el desempeño de los blanquirrojos sobre el césped, que deberían sonrojar a más de uno. Está escrito que la cadena siempre se rompe por el eslabón más débil, el entrenador, y que es más fácil despedir a uno que a once, pero la mejor plantilla en los 10 temporadas de historia de este club debería hacer cuanto antes firme propósito de enmienda, con independencia del negro futuro del míster logroñés.
La Planilla (Calahorra) ha comenzado este domingo siendo la fiesta del fútbol riojano y ha terminado siendo, en exclusiva, una fiesta rojilla gracias al buen trabajo de los hombres de Miguel Sola. Los locales han arrollado en intensidad a una UD Logroñés que ha entrado muy tarde en el partido. No en vano, ha regalado la primera mitad a su rival, ha disparado por primera vez a puerta en el minuto 57 y ha centrado el primer balón al área rival en el 64. Así es muy difícil.
El 2-0 con el que ha finalizado el encuentro en La Planilla es un justo resultado para lo visto sobre el césped del Municipal calagurritano. Empezaron mucho mejor los locales, mejor colocados, más intensos y con mucho más ritmo. El peor escenario posible para unos blanquirrojos acostumbrados a dormir los partidos. Ni Andy (una de las novedades en la alineación), ni un desconocido Carles Salvador, ni tampoco Rayco (escorado a banda derecha) entraban en contacto con el cuero, claramente superados por el ritmo endiablado de los rojillos.
Rodrigo y Auzmendi se convirtieron durante la primera mitad en una pesadilla para la zaga logroñesa, que en muchas ocasiones ha dado muestras de un nerviosismo impropio en hombres de tanta experiencia. Mientras los de Sergio Rodríguez se encomendaban a los balones en largo de Caneda, para regocijo de la zaga rojilla, el Calahorra practicaba el juego alegre y rápido que le ha llevado a situarse tercero en la clasificación con 11 puntos, los mismos que un trasatlántico como el Racing de Santander.
El encargado de decidir qué choque de estilos (pausado y horizontal frente al rápido y directo) iba a imponerse fue Eduardo Ubis. El delantero, ex de la UD Logroñés, cazó en el área pequeña un servicio de Auzmendi para hacer lo que lleva haciendo 13 temporadas en Segunda B: dejar en evidencia a los centrales. Antes del 1-0, el Calahorra ya había avisado con varios disparos de Auzmendi y una jugada que Cristian no envió a la red por muy poco. Del ataque blanquirrojo, ni rastro por La Planilla para desesperación de los alrededor de 500 aficionados desplazados desde Logroño. Una prueba palpable de la falta de competitividad de este equipo es que los dos primeros saques de esquina botados por los visitantes, con Andy como ejecutor, se marcharon por la banda contraria sin la más mínima opción de remate. La frialdad, falta de concentración y escasa intensidad de este conjunto es un lastre al que se le encuentra solución pronto o puede generar una ruptura traumática entre afición y equipo de difícil arreglo.
Por segundo partido consecutivo, ya lo hizo en Las Gaunas frente al Sporting B, Sergio Rodríguez llamó a todos sus hombres al vestuario en el descanso. De nuevo saltaron los mismos 11 protagonistas, con el mismo esquema y con el mismo resultado final para el equipo: derrota.
En justicia hay que reconocer que los blanquirrojos comenzaron algo mejor la segunda parte, heridos en su orgullo y aprovechando los metros de repliegue de un Calahorra agazapado a la espera de su oportunidad. Con todo, el primer remate visitante no llegó hasta el minuto 57, obra de Olaetxea. Siete minutos después llegó por fin el primer centro en jugada de los visitantes con el mismo protagonista e idéntico resultado. En el 70, coincidiendo con los mejores minutos visitantes, Marcos André disparó al palo derecho de Zabal tras una gran jugada de Olaetxea. A continuación, Rodrigo firmó una jugada de mérito por banda izquierda y su centro al corazón de área lo remató Goñi, otro ex blanquirrojo, estableciendo el 2-0 en el marcador. Apenas un minuto después del gol, en el 72, Sergio Rodríguez sustituyó a Miguel Santos, con molestias musculares desde hacía varios minutos. Precisamente por la banda del zamorano llegó la puntilla rojilla.
Sergio Rodríguez movió el banquillo dando entrada a Ander Vitoria que colocó junto a Marcos André, el más peligroso de los visitantes; a Víctor López, que tuvo tiempo de generar una ocasión de peligro; y Borja Sánchez, sin apenas minutos para influir en el juego. De nuevo tarde y sin acierto los movimientos en la pizarra del técnico blanquirrojo, una constante a lo largo del curso.
La UD Logroñés volvió a regalar una parte al rival y terminó pagando las consecuencias, en forma de derrota, de su juego plano, predecible y lento. El próximo domingo, el Real Unión (Octavo con 6 puntos) visita Las Gaunas. Por delante, mucho trabajo mental para recuperar a un equipo sin carisma y sin ideas que cada vez se distancia más de su afición, en una espiral tremendamente peligrosa a la que hay que poner remedio de manera urgente antes de que sea demasiado tarde.
CD Calahorra:Zabla; Yasin, Morgado, Cristian (Duro. Min 73), Barrio, Cárdenas, Rodrigo, Parla, Ubis, Goñi (Gabi. Min. 60) y Auzmendi (Barcina. Min. 81).
UD Logroñés:Miguel; Miguel Santos (Víctor López. Min. 72), Iglesias, Caneda, Bijimine; Andy, Olaetxea, Carles Salvador (Borja Sánchez. Min 83), Marcos André, Rayco y Rubén Martínez (Ander Vitoria. Min 67).
Árbitro:Aimar Velasco Arbaiza (Colegio Vasco). Amonestó a los locales Barrio (Min. 22) Parla (Min. 77) y Alberto (Min. 87) y a los visitantes Olaetxea (Min. 28), Andy (Min. 85) y García (Min. 87).
Goles:1-0 Ubis (Min. 45), 2-0 Goñi (Min. 71)
Incidencias:Partido correspondiente a la quinta jornada de Liga en el Grupo II de Segunda B. Gran ambiente en La Planilla con alrededor de 500 aficionados blanquirrojos.